El entorno de creciente competencia en la que se mueven las empresas en la actualidad, ha obligado a las organizaciones a afrontar cambios continuos para asegurarse, a través de la satisfacción de sus clientes, una posición de liderazgo que garantice su supervivencia. La novedad de la metodología "Business Reengineering" (Reingeniería de Negocios o Reingeniería Empresarial) está en su carácter global. Permite determinar, dentro de la complejidad de una empresa, cuáles son los procesos o circuitos básicos del negocio, cómo están concebidos y cómo podrían imaginarse de nuevo para hacerlos más efectivos. El proceso de reingeniería de una organización permite obtener mejoras de eficiencia de elevada importancia, pero exige un compromiso importante con las tecnologías de la información y de las comunicaciones.
Reingeniería es la revisión fundamental y el rediseño radical de procesos para alcanzar mejoras espectaculares en medidas críticas y contemporáneas de rendimiento, tales como costos, calidad, servicio y rapidez.
Esta definición destaca cuatro conceptos clave:
Revisión fundamental
La reingeniería determina primero qué debe hacer una compañía y luego cómo debe hacerlo. No da nada por sentado. Se olvida por completo de lo qué es y se concentra en lo que debe ser.
Rediseño radical
Al hablar de reingeniería, rediseñar radicalmente significa descartar todas las estructuras y los procedimientos existentes e inventar maneras enteramente nuevas de realizar el trabajo. Rediseñar es reinventar el negocio, no mejorarlo o modificarlo.
Mejoras espectaculares
La reingeniería no es cuestión de mejoras marginales o incrementales sino de dar saltos gigantescos en el rendimiento. En este sentido, hay tres tipos de organizaciones que se dedican a acometer la reingeniería:
- Las que se encuentran en grandes dificultades, y no tienen otro remedio.
- Las que todavía no se encuentran en dificultades, pero cuya administración tiene la previsión de que se avecinan problemas.